sábado, 13 de febrero de 2010

SIEGFRIED, EL BUSCADOR DE LA VERDAD - en you tube -


CARTA Nº 27
Febrero de 1913

SIEGFRIED, EL BUSCADOR DE LA

Al igual que nosotros damos a nuestros hijos libros ilustrados que encierran lecciones morales que no pueden comprender intelectualmente, así también los Caudillos Divinos de la humanidad infantil usaron mitos para enseñar las verdades espirituales que habían germinado inconscientemente en nosotros siglos antes, pero que no obstante, habían sido factores poderosos en determinar la dirección del progreso humano. El lector creerá escasamente que el mito de Fausto encarna el gran problema de la Masonería y el Catolicismo y que indica su última solución, pero iremos viendo en lecciones positivas que esto es verdad.
Por hoy tomemos por punto el gran asunto épico nórdico, El Anillo de los Nibelungos, para
demostrar como la gran verdad, de que el que busca la verdad debe "abandonar a su padre y a su madre", como hicieron Jesús e Hiram Abiff, fue enseñada a los hijos de la Niebla (“Niebel" es neblina y "Ungen" hijos, en lengua alemana), quienes vivieron en la nebulosa atmósfera de los atlantes.
Después consideraremos detenidamente esta leyenda.
Wotan es el jefe de los dioses que están siempre en guerra con los gigantes. Aquellos construyen una fortaleza que llaman Valhalla, donde las Valkirias, hijas de Wotan, acarrean a los fieles que han caído en el campo de batalla defendiendo la fe. La verdad perdió su aspecto universal cuando sus guardianes la emparedaron y la limitaron. Pero Wotan tenia otros hijos que amaban a la verdad tan ardientemente que se escaparon de Valhalla para ser libres. "Ellos estaban armados con una espada llamada "hija del desastre"(que representa el coraje de la desesperación), con la cual el rebelde contra credos y dogmas se escuda, lanza al aire el convencionalismo y marcha en pos de la verdad.
Wotan manda sus incondicionales detrás de los fugitivos e invita a Brunhilde, la Valkiria, quien representa el espíritu de la verdad, a que les ayude para asesinarles. Esta rehusa, y Wotan, que se había hecho invisible, embiste con su espada a su valiente hijo Siegmund, que es matado en desigual lucha.
La Iglesia dominante no ve con complacencia la secesión de sus hijos y aún prostituye el Espíritu de la Verdad para que haga su voluntad, y cuando esto fracasa emplea medios sutiles para realizar sus fines.
Sus intenciones eran buenas, pero había degenerado. Cuando Wotan puso a Brunhilde en sus sueños en una roca rodeada de fuego, le dice que ella no despertaría hasta que apareciera otro más libre que él mismo. La verdad no puede ser hallada aherrojada en la religión de un credo y quien la busca debe estar desposeído de toda traba y alianza con cualquiera.
Uno de ellos es Siegfried (que significa aquel que por la victoria alcanza la paz), el hijo del asesinado Siegmund y su esposa-hermana Sieglinda. Ésta murió después de dar a luz a aquel y de este modo está libre de padre, madre y de todas las trabas de la sociedad, pues su único patrimonio es una espada rota, o sea "La hija del desastre." Criado entre los Nibelungos, (la humanidad ordinaria), él presiente su divinidad y se irrita con las limitaciones de su esfera de acción. Su padre adoptivo, Mimir, es un astuto herrero, pero todas las espadas que ha forjado han quedado destrozadas al primer impulso del poderoso brazo del joven gigante. Asimismo había intentado soldar la espada "Hija del Desastre", pero fracasó, pues ningún cobarde puede hacer tal cosa.
En tanto que temamos a la Iglesia, a la opinión pública o a cualquiera otra cosa no podremos libertarnos a nosotros mismos.
El coraje de la desesperación vence al miedo y Siegfried finalmente solda la espada por si
mismo, con la que mata a Fafner, el dragón del deseo, que flota sobre los tesoros de la Tierra y a Mimir, su padre de leche, es decir, la naturaleza inferior. Entonces se siente absolutamente libre.
Un pájaro, la voz de la intuición, le habla de Brunhilde, el bellísimo espíritu de la Verdad, que puede ser despertado por uno que no conozca el miedo y sea libre, Siegfried sigue al pájaro de la intuición en su conquista, pero Wotan, su antepasado, intenta detenerle con su lanza, que representa la fuerza del dogma, sobre la cual la espada en la mano de Siegfried una vez se rompió. Aquella espada es más fuerte desde que Siegfried la ha soldado y la lanza de Wotan es más débil desde el primer ataque, pues el credo siempre se debilita cuando es combatido. Siegfried, el libre y valeroso, rompe la lanza de Wotan y prosiguiendo su camino y atravesando el fuego de la roca de la Valkiria, envuelve al bellísimo espíritu de la Verdad en un amoroso abrazo y le despierta con un beso.
De este modo el mito antiguo dice al investigador de la verdad lo que requiere para encontrar a ésta. Debemos abandonar a nuestros padres, los credos, los dogmas, los convencionalismos, las opiniones preconcebidas y dejar detrás de nosotros los deseos mundanales, nunca debemos temer los conflictos con las autoridades establecidas, sino que debemos seguir la voz interna a través del fuego si fuera necesario y entonces, y solo entonces, podemos nosotros hallar la verdad.
Por lo tanto, los Rosacruces insisten en que todos los que se acerquen a ellos en busca de
profundas enseñanzas deben ser libres de toda alianza con cualquiera otra escuela y que el candidato no esté cohibido, ni maniatado por juramentos de ninguna clase, ni condición. Cualquiera promesa que hace se la hace a si mismo, porque la libertad es la posesión más preciosa del alma y no es concebible mayor crimen que el de esclavizar a un ser humano de algún modo.
Que podamos todos permanecer fieles al gran patrimonio, a la herencia sublime y resistir valientemente a cualquiera infracción que se nos haga a este derecho sagrado.

del libro "Cartas a los Estudiantes", de Max Heindel

en you tube, aqui
https://www.youtube.com/watch?v=zo9pRzkqzSk&feature=youtu.be


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