Diciembre de 1912
EL MENSAJE MÍSTICO DE NAVIDAD
en you tube, aqui
https://www.youtube.com/watch?v=QaDViUvqWgc&feature=youtu.be
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¡Campanas de Navidad! ¿Las ha oído usted en su mágico tañer en los días de su infancia antes de que la duda naciera en su corazón y destrozado las ideas inculcadas por la Iglesia? La misma campana llama a la iglesia los domingos y para la oración todos los días de la semana, pero en tal día de Navidad era otro timbre y otro llamar, algo desusadamente alegre y festivo, algo que nosotros ahora atribuimos a la imaginación infantil. Hemos perdido este algo; sin embargo, podemos congratularnos de habernos emancipado por lo que alegremente hemos dado en llamar las "mojigangas de la iglesia". Wordsworth, en su "Oda a la inmortalidad" expresó el agudo sentimiento de dolor debido a la pérdida de los ideales de la niñez, pues nada en el mundo puede compensar su valor, ni ocupar su lugar. Sin embargo, podemos estar henchidos de bienes materiales y ser verdaderamente mendigos cuando el encanto de la juventud se ha ido y las concepciones intelectuales ahogan lo que conocemos con el nombre de "supersticiones".
San Pablo nos exhortó a tener siempre a mano una razón para nuestras creencias y existe
una razón mística para nuestras prácticas de la iglesia, que han venido siendo empleadas desde la mis remota antigüedad. El sonido de la campana cuando la vela se encendía sobre el altar fue inaugurado por videntes iluminados espiritualmente para enseñar la unidad cósmica de la luz y del sonido. La lengua metálica de la campana brinda el mensaje místico de Cristo a la humanidad tan claro hoy como la primera vez que Él anunció la graciosa invitación:
"Venid a mi, todos vosotros que trabajáis y que vuestra carga es pesada, pues yo quiero daros descanso."
Así, pues, la campana es un símbolo de Cristo, la "Palabra", cuando nos llama para hacer el servicio de la oración ante el altar iluminado donde nos recibe a nosotros como la "Luz del mundo".
Asimismo el sentimiento peculiar festivo que despiertan las campanas de Navidad es producido por causas cósmicas y que están activas en esta época del año y la estación actual es santa de toda santidad como ahora veremos.
Aquellos que estudian la ciencia de las estrellas consideran a los signos del Zodiaco como un instrumento musical sonoro vibrando cada uno de tales signos con una nota particular, y como las órbitas circundantes navegan en caleidoscopica procesión de signo a signo en una combinación siempre cambiante, los coros de la armonía cósmica conocidos para los místicos como el "canto de las esferas", emiten un eterno himno de oración y alabanza hacia el Creador. Esta no es una idea fantástica sino un hecho real patente para el vidente y capaz de ser demostrado a los pensadores por sus efectos. Tampoco no es una cosa monótona la armonía de las esferas, pues sus acordes varían todos los días, todos los meses, según el Sol y los planetas cruzan signo tras signo en sus órbitas.
Hay también épocas de variaciones anuales debido a la precesión de los equinoccios. De este modo hay una infinita variedad en el canto de las esferas, como sin duda debía de ser, pues este cambio constante de vibración espiritual es la base de la evolución física y espiritual. Si cesara, siquiera fuera por un instante, el Cosmos se resolvería en el Caos.
Para demostrarlo, observemos la Naturaleza y la calidad de la vida de amor que fluye de la
estrella de Cristo, el Sol, cuando transita el beligerante signo de Aries, el carnero, en la primavera.
EI amor sexual es la nota-clave de la naturaleza, todas las energías están concentradas en la generación, entonces las propensiones pasionales predominan. Compárece esto con el efecto del Sol durante el mes de diciembre cuando se halla enfocado a través del benevolente Sagitario, regido por el planeta Júpiter. Sus rayos conducen entonces hacia la religión y la filantropía, el aire vibra con generosidad y la vida amorosa de la estrella de Cristo encuentra su máxima expresión por medio de este signo afín. Externamente reina la tristeza del invierno, pues el símbolo visible de la "Luz del Mundo" se ha obscurecido, pero en la noche más obscura del año los villancicos de Navidad evocan una respuesta sentimental a las sensaciones de Navidad, que convierte a todo el mundo igual, todos hijos del Padre que está en los Cielos.
Ojalá la mística música de los cánticos de Navidad despierten las fibras más tiernas de su
corazón y la noche culminante de alegría sea exaltada en el ser de nuestro lector durante el año venidero. Este es el deseo en este día de Navidad de los auxiliares en Mount Ecclesia.
del libro "Cartas a los Estudiantes", de Max Heindel
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