sábado, 13 de febrero de 2010

PROSPERIDAD ESPIRITUAL PARA EL AÑO NUEVO - en you tube -



CARTA Nº 50
Enero  de  1915

PROSPERIDAD ESPIRITUAL PARA EL

El saludo corriente de estos días es: "Le deseo prosperidades y un feliz Año Nuevo." El autor está de todo corazón de acuerdo con este saludo y lo extiende a usted, pero quizá con un significado que difiere en algo de lo que ordinariamente se desea, ya que todo consiste en una prosperidad material que es el principal objeto del deseo; por esto el autor le desea aquel oro que se forja con la alquimia del alma, transformando el metal bajo del conocimiento del año próximo en la Piedra Filosofal, el mayor bien que se puede obtener del mundo. Las riquezas mundanas son siempre una fuente de cuidados para su posesor pero ésta, la joya más preciada, nos trae una paz que sobrepasa todos los limites imaginables.
Además, si trabajamos únicamente para el logro de cosas materiales, nuestra tarea nos parece siempre dura y pesada, no importa cómo tratemos de romper su monotonía procurando satisfacer nuestras pasiones en eso que llamamos placeres. Una vez y otra vienen a nuestra imaginación el pensamiento: "¿Para qué todo esto?"
Mas si laboramos en la viña de Cristo, cuando hacemos todos nuestros asuntos como si fuera "para el Señor" el aspecto cambia enteramente.
Cristo dijo: “Mi yugo es llevadero y mi carga ligera", y esta es una verdad de actualidad aunque no quizás en el sentido ordinario. - El autor y los que con él han convivido muchos años, pueden atestiguar por experiencia personal que, aunque ha sido el trabajo arduo y penoso, física y mentalmente, y aunque el cuerpo ha quedado tan agotado algunas veces que ha sido casi imposible el recobrarse a la mañana siguiente, han experimentado una satisfacción, una alegría y un placer que el mundo no conoce y que no puede tampoco comprender. Los años que se han esfumado aplicados a esta tarea han sido tan satisfactoriamente empleados, que nada en el mundo podría compensar al autor y a sus compañeros por ellos, en caso de que pudieran perderlo. Cada año que pasa aprecia mejor el privilegio de dedicarlos a este trabajo y los que a su lado están tienen exactamente el mismo sentimiento.
Ahora bien, ¿qué podemos decir respecto a su estado, amigo mío? Estamos en el comienzo de un nuevo año, una nueva partida. -La Fraternidad Rosacruz como una organización que es, depende de las unidades y para progresar espiritualmente hemos de ayudar a llevar la carga entre todos. Hemos de ser más fervientes, más serios, más devotos de los ideales que los Hermanos Mayores nos han dado. Sabemos que en la Fraternidad hay férvidos trabajadores, pero, ¿es usted uno de ellos? No es suficiente estudiar las enseñanzas y meditar simplemente acerca de ellas; hemos de llevarlas realmente a nuestras existencias y llegar a ser luces brillantes en nuestra comunidad. No solamente hemos de vivir la vida de puertas afuera del hogar, sino en él precisamente de manera que los otros miembros de la familia puedan ver la luz y penetrar en ella. No ignoramos que muchos cumplen así, pero hay otros que son indiferentes, que permanecen en el umbral y que no quieren aceptar el yugo. Hora es ya de ser llevado el yugo sin importarnos que el cuello se encallezca con el esfuerzo; de hecho, cada callosidad, cada esfuerzo es un factor que se adiciona a la construcción del cuerpo del alma, gloriosa vestidura de bodas con la cual solamente podemos presentarnos ante el Señor, cuando aparezca.
Es la más firme, la más risueña esperanza del autor, la de que todo estudiante de la Fraternidad Rosacruz aceptará su yugo con más ardor que nunca para que, individual y colectivamente, podamos contar con el tesoro paradisiaco que ha de ser nuestro al final del día-anual, cuando hayamos llevado la carga y dominado el fuego de las pasiones.

del libro "Cartas a los Estudiantes", de Max Heindel



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