Agosto de 1918
LA FUERZA INTERNA Y LA RESPONSABILIDAD QUE LLEVA
Hace muchos años que yo pasé unas cuantas semanas en una granja en el Estado de Maine en la época en que estaban cosechando patatas. Conforme los vagones pasaban por mi lado, pude notar que las patatas todas eran grandes y de tamaño casi igual. Por esta razón un día felicité al agricultor por tener una cosecha de patatas tan grandes y de tan buena presentación. Entonces él fue hacia un carro y me enseñó que el fondo del vehículo estaba lleno de patatas pequeñas, y me dijo que no se había dispuesto así en el campo, sino que por el rodar del carro desde el campo al granero ocurría que las patatas pequeñas se escurrían hacia abajo, quedando arriba las mayores, añadiendo : "si usted pone las grandes en el fondo, se subirán hasta arriba, en tanto que las pequeñas descenderán".
¿ No ocurre así realmente en la vida ? Las personas de buena apariencia, de excelentes cualidades, suben hasta las mayores colocaciones a medida que nos rozamos los unos con los otros en los lugares accidentados del camino de la vida. "No se puede mantener a una buena persona en la obscuridad", dice un viejo refrán Ésta persona se destacará ha despecho de todos los contratiempos por la virtud de la fuerza elevadora dentro de sí misma, y de igual modo, no importa cuan a menudo pongamos a un hombre bajo en lo alto, se verá obligado a descender, debido a que está falto de esa fuerza interna.
Nosotros podemos construir una casa tan alta como queramos y elevarla sobre todas las otras construcciones si disponemos de materiales y mano de obra en cantidad suficiente, pero el crecimiento del hombre es desde adentro y nadie puede añadir ni un solo pelo a la estatura de otro, ya sea física, moral o mentalmente. Cada uno debe cultivar por sí mismo su propia salvación, él únicamente puede determinar permanecer abajo o elevarse hacia lo alto.
El agricultor vio que cuando los carros caminaban por un camino liso y suave las patatas permanecían mezcladas, pero el camino accidentado y áspero las separaba en la forma sabida y cuando más áspero y accidentado el camino tanto más rápidamente las patatas grandes se elevaban a lo alto del montón y las pequeñas pasaban al fondo. En los grandes problemas de la vida, grandes oportunidades aguardan a aquellos quienes están dispuestos para asumir las grandes responsabilidades y ponerse al frente de la batalla.
Estamos viviendo en una época semejante y si aspiramos a sobresalir, ahora es la hora de nuestra oportunidad más propicia El mundo entero está ahora interrogando y buscando una solución al misterio de la vida; inquiriendo hacia donde está zarpando el barco de la humanidad. Nosotros tenemos tal contestación. Así, pues, sobre nosotros recae la responsabilidad de vivir las enseñanzas de los Hermanos Mayores y hacer que ellas sean adoptadas por otros por nuestras vidas ejemplares. Muchos de nuestros amigos están llevando nuestras enseñanzas recibidas de los hermanos mayores hasta las mismas trincheras e iluminando a los que están dispuestos para ser iluminados. Aquellos de nosotros que continuamos todavía en nuestro ambiente común encontraremos también este interrogante en muchos de los lugares que nos rodean. Busquemos, pues, diligentemente estas ocasiones y mejorémoslas, pues “ a quien mucho se le ha dado, mucho le será exigido”.
Me permito sugerir a los estudiantes que ahora es el momento de ver en las librerías y bibliotecas nuestro Concepto Rosacruz del Cosmos y todas las otras nuestras obras, tanto como sea posible, así como en cualquier otro sitio que sea accesible el cuál puede aprovecharse. Hay un método que dará muy buen resultado y es legítimo y honrado. Si varias personas solicitan nuestros libros de vez en cuando, aunque el librero o bibliotecario no conozca nada acerca de su contenido o quizá sea hostil hacia él, la petición constante de un libro determinado le obligará forzosamente a tomar notas y a darse cuenta de él. No hay duda de que las enseñanzas de la Fraternidad tienen una fuerza interna en sí mismas que puede permitirles el conquistarse un puesto sobresaliente en el mundo, además de que nosotros adquiriremos nuestros mérito en la proporción en que facilitemos el medio de llevar estas enseñanzas de los Hermanos Mayores al conocimiento de la humanidad en general. Ahora es la época de las
vacaciones y por ende una estación especialmente propicia para la diseminación de nuestra filosofía que satisface el hambre de las almas. Pongamos por lo tanto un pequeño esfuerzo extra en ésta época y con ello se beneficiarán nuestros semejantes y nosotros mismos.
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